martes, 2 de septiembre de 2014

III par: oculomotor o motor ocular común

El III par craneal sale de la fosa interpeduncular sobre la cara ventral de mesencéfalo. Pasa entre las arterías cerebelosa superior y la cerebral posterior, teniendo también una relación anatómica importante con la comunicante posterior, lo cual es importante a la hora de la formación de aneurismas de estos vasos, que pueden comprimir el nervio. Continúa hacia delante, perfora la duramadre y permanece por la pared lateral del seno cavernoso, justo encima del IV par craneal. Posteriormente, pasa a través de la fisura orbitaria superior entrando en la órbita por el anillo tendinoso, donde se divide en ramo superior e inferior:
  • Ramo superior. Inerva los músculos recto superior y elevador del párpado.
  • Ramo inferior. Inerva los músculos recto medial, recto inferior y oblicuo inferior.
La parte exterior del nervio se corresponde con las fibras parasimpáticas, que discurren por todo el nervio, llegando por la división posterior del mismo al músculo oblicuo inferior, donde las fibras parasimpáticas se dirigen al ganglio ciliar, del cual salen fibras postganglionares hacia las músculos oculares intrínsecos constrictor de la pupila y ciliar.


COMPONENTE MOTOR SOMÁTICO (EFERENTE)
El núcleo motor de este par craneal forma un verdadero complejo nuclear, el cual está miotópicamente organizado, formado por subnúcleos que inervan cada músculo ocular extrínseco. Se encuentra situado en el meséncefalo a nivel del colículo superior, adyacente a la línea media justo por delante del acueducto de Silvio, rodeado por fuera y debajo por el fascículo longitudinal medial (ver movimiento oculares combinados). Se compone de los siguientes subnúcleos:


De este núcleo saldría la segunda motoneurona. La primera motoneurona no provendría, como en el resto de vías motoras, de la corteza motora frontal MI, sino que la motilidad ocular voluntaria procede de un complejo sistema de interconexiones corticales entre área ocular frontal, área ocular suplementaria, área ocular parietal y corteza visual asociativa.

Exploración: con el paciente enfrente le pedimos que con la cabeza quieta siga nuestro dedo o algún objeto, como un bolígrafo, con la mirada. Movemos el dedo hacia arriba (recto superior y oblicuo inferior), hacia abajo (recto inferior), hacia nuestra derecha (recto medial derecho) y hacia nuestra izquierda (recto medial izquierdo). Además, podemos acercar nuestro dedo hacia la nariz del paciente para comprobar que converge correctamente (ambos rectos mediales, cuyos núcleos están interconectados para llevar a cabo la convergencia).

COMPONENTE MOTOR VISCERAL (PARASIMPÁTICO)
El núcleo de este componente se denomina por el epónimo clínico de Edinger-Westphal, el cual se halla también en el mesencéfalo, dorsal a complejo oculomotor. Esta vía se compone de los siguientes componentes:
  • Neurona de primer orden: procedente de centros nerviosos superiores procedentes de la vía visual, que sinapta no sólo con la de segundo orden ipsilateral, sino también con la contralateral.
  • Neurona de segundo orden: la que se halla en el núcleo de Edinger-Westphal, que forman las fibras preganglionares, que forman la parte externa del tercer par craneal. 
  • Neurona de tercer orden: la que se halla en el ganglio ciliar, que da lugar a las fibras postganglionares que forman los nervios ciliares cortos.

La información lumínica recogida por el II par craneal activa a las neuronas de primer orden de esta vía parasimpática, la cual va a contactar con ambos núcleos de Edinger-Westphal, de donde parte los axones preganglionares. Éstos contactan con las de tercer orden en el ganglio ciliar, de donde parten los fibras postganglionares en los nervios ciliares cortos que inervan el musculo constrictor de la pupila, produciendo la miosis pupilar de ambos ojos debido a la mencionada inervación bilateral que realiza la segunda motoneurona. Esto es lo que se conoce como reflejo fotomotor. Además, inervan el músculo ciliar que produce la acomodación del cristalino.

Exploración: con una linterna alumbramos un ojo y vemos como la pupila se contrae, repetimos la misma acción con el otro ojo y la contracción debe ser similar al ojo contralateral. Posteriormente alumbramos un ojo, pero observamos el ojo contralateral, y viceversa, de este modo comprobamos la presencia del reflejo fotomotor. En caso de desigual tamaño pupilar, estaríamos ante un caso de anisocoria. Durante las exploración puede ocurrir las siguientes condiciones patológicas:
  • Iluminamos un ojo y ninguna de las dos pupilas se contrae: lesión en la vía aferente, es decir en la vía visual.
  • Iluminamos un ojo y se contrae la pupila contralateral: lesión en la vía eferente (parasimpática/III par) de ese ojo, como puede ser un LOE.
  • Iluminamos un ojo y se contrae la pupila ipsilateral: lesión en la vía eferente de del ojo contralateral, como puede causar una LOE.

2 comentarios:

  1. Se discute si la presbicia se produce por déficit del músculo ciliar o por falta de elasticidad del cristalino. Mi pregunta es : ¿ puede el músculo ciliar ser naturalmente deficitario a partir de la presbicia ?

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